Leemos porque sí

La costura de Isol. El revés y el derecho: la idea del otro

 

Con su usual sentido del humor, el nuevo libro de la argentina Isol, La costura, nos vuelve a sorprender con un relato en apariencia muy sencillo, con un episodio cotidiano que bien podría nacer solo en la imaginación de la protagonista, pero que a la vez plantea la posibilidad de un revés a nuestra existencia y especialmente un encuentro con el otro.

Por Astrid Donoso H.

Los de aquí y los de allá. El revés y el derecho. ¿En cuál habitamos nosotros? La costura, el nuevo libro de Isol, nos plantea esta pregunta. Parte todo con un aparente muy sencillo relato. Se han perdido unas llaves y unas cuantas cosas más, y en el momento de la búsqueda nos encontramos con esta interrogante inevitable. ¿Somos el derecho o el reverso de esa costura? Algo así como sucede con algunos relatos que vienen a cuestionar la realidad como si todo fuera una tomadura de pelo, una performance, una puesta en escena que nos parece tan real, pero que en realidad es el reverso de otra.

No, no nos perdemos. Es un libro infantil, pero como todo buen libro infantil es uno que nos habla a todos, más allá de las edades, nos plantea cuestionamientos en distintos niveles y que apelan a lectores diversos. Todo comienza con una reprimenda, pues otra vez nuestra protagonista ha perdido sus cosas: una bufanda, unos guantes, varios lápices de colores, un paraguas y por supuesto las mentadas llaves. Algo cotidiano, pero que a ella no le cuadra. No puede ser que haya perdido todo eso, no es que sea descuidada, no es que sea su culpa. Viven en un ordenado mundo donde todo está en su sitio y que pasen estas cosas escapan a toda lógica. Al menos a la suya.

Como en muchos libros de Isol, volvemos a ver una madre que interpela a la protagonista y le pide estar más atenta, a no andar olvidando quizás dónde sus cosas. A una mamá que apela a las reglas y al orden en sus propios términos, que nos dice cosas de madre: que lo que ha perdido no es barato, que debemos ser cuidadosos. La pequeña lo sabe, pero desde un inicio sabe que algo no encaja, que no ha sido ella, que las cosas parecen escabullirse del orden en que habitan y que simplemente no es su culpa que no se queden donde debieran estar. Así, desde casi el inicio del relato, comienza a contarnos de las historias que corren sobre el otro lado, donde parece que todo está justamente al revés de lo organizado de su hogar, de su barrio con sus perfectas puntadas rojas.

La pequeña fábula, entretejiendo los rumores que ha escuchado con su imaginación, con ese otro lugar cuyos paisajes a veces cree ver en lo profundo del río. Sueña con los festejos que su abuela le relata celebran en el Lado de Atrás, mientras otros opinan que son solo los grillos cantando más fuerte de lo habitual. Y mientras piensa en ese otro sitio, más allá del bosque al cual le prohíben acercarse, es que le comenta a su madre una teoría de agujeros descosidos en el horizonte por donde se cuelan todas esas cosas perdidas que ya no encuentra. Como casi todas las madres en los libros de Isol, su mamá no parece convencida ante la insistencia de su hija y culpa a la abuela con sus historias de lugares ignotos. Entonces, armada de un mapa, hilo, aguja y tijeras, cruza hacia el bosque empeñada en remendar esos recovecos por donde desaparecen llaves, lápices de colores, paraguas, bufandas y guantes.

Este nuevo relato de Isol, celebrada ilustradora argentina y autora de libros infantiles, vuelve a conjugar lo inesperado, muchas veces lo absurdo con el humor. En este caso todo se conjuga con reflexiones sobre el otro, sobre aquello que no conocemos y que solo por eso solemos temer, pero que no suele ser tan distintos a nosotros y nuestra forma de vida. Este relato es una aventura, una fábula donde el viaje se inicia entre bordados inspirados en un proyecto creado originalmente para “Palestinian Art History as Told by Everydar Objets” del Museo Palestino, y que recoge los bordados tradicionales de la cultura palestina.

Mientras el bosque es oscuro y predomina el negro, el rojo es el hilo que guía todo el paisaje, delineando casas, árboles, personajes y elementos claves, esto en contraste con el hilo celeste que irrumpe cerrando posibles agujeros, delatando la extrañeza de esa intervención infantil. Como siempre, Isol juega con texturas y diversos formatos. Vemos el bordado, casi lo tocamos, mientras la niña y la madre parecen recortadas en papel, destacando sobre el lienzo de hilos y figuras. A esto se suma el contraste con el reverso, donde el desborde de hilos y figuras diversas es completamente antagónico al ordenado revés. Aunque como suele suceder, hay muchas más similitudes de las que al principio creemos ver.

Isol, quien en diciembre presentó el libro en el marco del Festival de Literatura Infantil y Juvenil, FILIJ en México, ha sido reconocida con el Premio Golden Apple en el 2003 y fue finalista en dos ocasiones del Hans Christian Andersen; el llamado Nobel de los libros infantiles, en el 2006 y 2008. A esto se suma el prestigioso galardón Astrid Lindgren Memorial Award (ALMA) en 2013.

 

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