Leemos porque sí

El destino de Fausto, una fábula moderna sobre la avaricia en tiempos de emergencia climática

Oliver Jeffers, autor irlandés conocido por los ya clásicos El increíble niño comelibros, El corazón en la botella y Atrapados, entre otros, llega con El destino de Fausto, un relato ilustrado que vuelve a plantear preguntas esenciales sobre la relación del ser humano con el planeta.

 

Por Astrid Donoso

El ser humano se ha erigido como el centro de todo en este planeta. No solo es la medida por la cual entendemos el mundo, sino que solemos creer que habitamos en un espacio que es ajeno a la naturaleza, y donde el que parece ser el principal objetivo es querer dominarlo todo y usarlo a nuestro arbitrio.


Aquí estamos. Notas Para Vivir en el Planeta Tierra, en El Destino de Fausto retoma la idea de ahondar en nuestra relación con el mundo, y con quienes lo habitamos. La tentación de insatisfacción crónica a pesar de vivir en un mundo que solía ostentar una abundancia de recursos, corroe a demasiadas personas, y así como el Fausto de Goethe, este Fausto insaciable no está contento con vivir sin necesidad de poseerlo todo.

Fausto se ve exitoso, elegante de terno y corbata, con un bigote decimonónico y un chaleco que refuerza esta idea de un señor serio, habituado a dar órdenes, a ostentar poder y soberbia, y especialmente a apuntar con el dedo lo que cree le pertenece. Nos encontramos con él en la primera página y lo primero que sabemos sobre este personaje es que cree ser dueño de todo.

Y como el Ulises de Homero, y todo protagonista de un relato, sale en busca de la aventura, por bosques, prados e incluso luego al alta mar. En este caso, Fausto va tras lo que es suyo, esa es su misión y que consigue a veces con facilidad, otras a punto de rabietas y enojos. Se encuentra con una flor, la declara suya y la arranca para colocarla en el bolsillo de su distinguido vestón. Se cruza con una oveja, un árbol, un bosque, un prado, y todos ceden a su prerrogativa de propiedad. Aún cuando hay una resistencia previa, Fausto patea el suelo, aprieta los puños enfadado, y entonces lago y montaña terminan por caer bajo su dominio. Fausto es iracundo, no tolera que lo desafíen.

En su obsesión por adueñarse de todo el destino fatal lo atrapa, igual que al Fausto del autor alemán, quien vende su alma al diablo, el Fausto de Jeffers se ve enfrentado a la oscuridad del ser humano, a la avaricia, y por, sobre todo, a la renuncia de cierta integridad moral. No es casual el nombre del protagonista, y que, si lo pensamos mejor, es solo un personaje que cruza un paisaje, un paisaje donde viven flores, ovejas, montañas, árboles, lagos y el mismo mar.

Es interesante además citar el cambio en la paleta de colores que utiliza Jeffers en las primeras páginas donde Fausto es color café, sepia y el tono que sobresale en contraste es el rosa estridente de la flor, en las hojas de los árboles y en el reflejo de su imagen frente al lago. Apenas decide embarcarse al mar, el azul lo inunda todo, incluso a él mismo, y que ahora solo contrasta con su impermeable amarillo y el dejo de ese intenso rosa nuevamente en su reflejo frente al oleaje. ¿Un pequeño recordatorio de la naturaleza humana que tendemos a olvidar con demasiada frecuencia? He allí otra de las interrogantes que nacen de esta lectura.

El destino de Fausto es una fábula, como bien indica su portada, un recordatorio ético de nuestra conducta como seres humanos, y que en tiempos de crisis climática suma aún más capas de lectura a su mensaje. Esto se refuerza por la dedicatoria y el epílogo que hacen alusión a un relato narrado por Kurt Vonnegut con Joseph Heller, escritores estadounidenses donde volvemos a la idea de la avaricia humana. Es un relato que abre preguntas y reflexiones, y que quizás podría parecer oscuro, y complejo, pero que en realidad nos plantea de manera muy bien narrada, con frases directas y sencillas nuestra relación con el planeta en que vivimos. Nos invita a repensar esos vínculos, a reconocernos parte de la naturaleza y a observar nuestra propia codicia histórica.

Oliver Jeffers, autor ineludible de la literatura infantil contemporánea, nos habla de un destino fallido, del afán destructivo del ser humano que no se ha percatado de que es parte de la naturaleza, y que no solo habita en ella, sino que su bienestar es proporcional al propio. Y más aún, que somos absolutamente prescindibles para la montaña, el bosque, la oveja o el mar.

 

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Acerca del autor: Oliver Jeffers nació en Australia en 1977 y creció en Belfast, Irlanda del Norte, actualmente vive en Nueva York. Estudió comunicación visual en la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Ulster y su obra abarca desde pintura  gurativa e instalaciones hasta pinturas y Зlbumes ilustrados. Su obra ha recibido los premios Nestlé Children’s Book Prize Gold Award; el Irish Children’s Book of the Year 2007, por El increíble niño comelibros; y el BBC Blue Peter en 2006 en las categorías de libro del año y mejor libro para leer en voz alta por Perdido y encontrado, libro del que se realizó un cortometraje animado muy exitoso. En 2017, el libro Una niña hecha de libros, realizado junto con el artista Sam Winston, ganó el Bologna Ragazzi Award en la categoría de ficción.

Público lector: Niñas y niños de 7 años en adelante, docentes, personas que se dedican a la promoción de la lectura, profesionales de la ilustración, madres y padres de familia, ambientalistas, público en general.



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