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Capitalismo: competencia, conflicto y crisis
Un libro monumental estudia de manera unificada la lógica, la historia, la dinámica y las crisis del sistema capitalista, confrontando su propia perspectiva de la economía política clásica con las principales escuelas de pensamiento económico. Anwar Shaikh en Capitalismo (FCE) ha entregado su “magnum opus”, según considera el reseñista, quien señala sus logros y debilidades.
Por Bruce E. Parry. Traducción de Patricio Tapia
Anwar Shaikh es un economista muy conocido y respetado de la New School for Social Research de Nueva York. Este libro es verdaderamente su magnum opus. Con más 1.300 páginas, es un tomo pesado y el contenido es aún más pesado. Este abarca gran parte del territorio económico y tiene muchas fortalezas. Shaikh analiza prácticamente todas las corrientes de pensamiento económico que cubren los temas que ha seleccionado. Él no solamente presenta su enfoque clásico, sino que en cada capítulo resume prácticamente todo el material pertinente de diversas escuelas de pensamiento económico. Además, cada capítulo termina con una detallada revisión empírica que corresponde a ese apartado.
El libro está dividido en tres partes: “Elementos fundacionales del análisis”, “Competencia real” y “Macrodinámica turbulenta”. Tiene un fuerte componente empírico. El segundo capítulo, después de un capítulo introductorio, está dedicado enteramente al análisis empírico. Shaikh analiza datos de crecimiento turbulento que se convierten en la base de la Teoría de la Competencia Real, desarrollada en la segunda parte. Presenta datos sobre la caída de la tasa de ganancia y sobre la divergencia del Producto Interno Bruto (PIB) entre naciones ricas y pobres a escala global. La dirección del libro de esta forma queda clara.
En el capítulo 3, desarrolla los fundamentos microeconómicos de su análisis y muestra que los modelos macroeconómicos no dependen de esos microfundamentos. El siguiente capítulo está dedicado a la producción y los costos, seguido de un capítulo sobre el dinero y los precios. El capítulo 6 es un análisis extremadamente detallado del capital y las ganancias, incluyendo una sección sobre el problema de la transformación. Hablaremos más sobre eso a continuación. Al concluir la sección sobre el problema de la transformación, Shaikh desarrolla una herramienta muy poderosa en la reconceptualización de cómo utilizar las Cuentas Nacionales de Ingreso y Producto (CNIP). Analiza las tasas de beneficio en las cuentas CNIP y realiza ajustes importantes. Agrega intereses a las ganancias corporativas y amplía la definición de capital para incluir inventarios y una evaluación más precisa de la depreciación. Creo que esto guiará gran parte del trabajo empírico futuro.
La segunda parte desarrolla la Teoría de la Competencia Real, que analizo a continuación. Sigue una revisión de las teorías de la competencia perfecta e imperfecta. El capítulo 9 es un análisis detallado de la competencia y los precios relativos. Continúa con un capítulo sobre finanzas y tipos de interés y una revisión crítica de las teorías de los tipos de interés. El capítulo 11 presenta la teoría de la competencia internacional. Hace una contribución importante al analizar de cerca los problemas que tiene la teoría de la ventaja comparativa de David Ricardo y presentar una alternativa convincente.
La tercera parte comienza con una crítica de la teoría macroeconómica moderna y continúa con la dinámica macroeconómica clásica. Aquí, él desarrolla una teoría macroeconómica clásica moderna con la maximización turbulenta de ganancias como principio central. Este y los siguientes capítulos sobre salarios y desempleo y sobre la teoría de la inflación se analizan luego. El penúltimo capítulo analiza las crisis. El capítulo final aborda los ciclos de largo plazo, el aumento de la desigualdad y la distribución del ingreso basada en las clases.
Hay demasiado en este libro para abarcarlo en un solo artículo, por lo que he decidido revisar solamente tres aspectos importantes. El análisis completo merece una atención minuciosa. Estoy convencido de que el libro en su conjunto generará mucha investigación sobre cada detalle del trabajo de Shaikh.
La teoría de la competencia real
El primer punto es uno que creo será visto como el aspecto más importante de esta importante obra: la Teoría de la Competencia Real, desarrollada en detalle en el capítulo 7 de la parte II. Desde el principio, Shaikh rechaza el análisis estéril de la competencia perfecta. Compara el enfoque neoclásico de comenzar con un mundo perfecto en el que se introducen imperfecciones con la realidad de un mundo imperfecto, antagónico y turbulento en el que se pueden discernir patrones y alguna forma de orden. Su teoría es, dice, “tan diferente de la llamada competencia perfecta como la guerra lo es del ballet”. Esta es la competencia descrita por Marx y los otros economistas clásicos. Está impulsada por las ganancias, un punto que Shaikh resalta a lo largo del libro. Todo capitalista debe reducir costos para bajar los precios y vencer a la competencia. Aumentar la explotación laboral (recortar salarios, intensificar el trabajo o alargar la jornada laboral) tiene límites. Los capitalistas (tanto las empresas establecidas como las nuevas) se ven obligadas a implementar avances tecnológicos que aumentan la productividad, reducen los costos y, de paso, revolucionan los medios de producción. Dentro de las industrias, los precios de producción son “aproximadamente” igualados (lo que significa que las tasas de ganancia dentro de una industria no están igualadas) por los consumidores que buscan las mejores ofertas entre los productos en competencia. Siempre hay un “espectro” de técnicas dentro de cualquier industria e incluso dentro de una sola empresa, ya que la nueva tecnología reemplaza a la antigua en un proceso continuo. El cambio tecnológico también implica lo que Marx llamó una composición orgánica creciente del capital (Shaikh no utiliza el término). Esto implica una caída de la tasa de ganancia que se pronosticó en el capítulo empírico inicial.
Entre las industrias, las tasas de ganancia se igualan en el caso de nuevas inversiones que incorporan la última tecnología. Esto ocurre debido a flujos de capital acelerados o desacelerados hacia o desde aquellas industrias con una tasa de retorno de nuevas inversiones mayor o menor. No existe una “tasa normal de ganancia” y ningún capitalista tiene garantizada una ganancia. De eso se trata la competencia turbulenta. Las tasas de beneficio aumentan y disminuyen y giran en torno a un promedio, pero nunca lo alcanzan por completo, a diferencia de la competencia perfecta. La concepción de Shaikh (y la de Marx y los otros economistas clásicos) es fundamentalmente diferente de la teoría neoclásica y de otras teorías, un punto que Shaikh enfatiza a lo largo de la obra. Lo nuevo en Shaikh es el concepto de que la tecnología más nueva y de menor costo es el “capital regulador” de la tasa de ganancia y que la turbulenta igualación de ganancias entre industrias se basará en las mejores condiciones reproducibles de producción. La conclusión a la que llega Shaikh es que las tasas medias de beneficio no necesariamente se igualarán.
Shaikh es devastador acerca de la teoría de la competencia perfecta a través de todo el libro. Pero él ha señalado que su Teoría de la Competencia Real molestará a todos: los neoclásicos, los keynesianos y poskeynesianos, los marxistas, etc. Tomemos, por ejemplo, la escuela marxista del capital monopolista, personificada por Baran, Sweezy y otros. Shaikh señala que depende de la teoría de la competencia imperfecta, que a su vez se basa completamente en la teoría de la competencia perfecta. Por lo tanto, su Teoría de la Competencia Real reemplaza y describe con mucha más precisión la economía actual que la teoría del capital monopolista. Esto desafía muchas presentaciones del imperialismo moderno.
Sobre el problema de la transformación
Shaikh es bien conocido por su trabajo sobre el problema de la transformación en Marx. En el libro dice que “hay un ‘problema de la transformación’ en cada escuela de pensamiento” (cursivas en el original). Luego pasa a “resolver” tal problema. La producción agregada en valores y precios de producción es igual, pero el excedente agregado no es igual a las ganancias agregadas en términos de precios. Él resuelve el problema mediante pasos. Luego plantea la importancia de la hasta ahora oscura observación de James Steuart de que las transferencias de ingresos pueden afectar las ganancias. Cita a Marx aprobando el punto de Steuart y teoriza que esta transferencia es una segunda fuente de beneficio agregado. Sin embargo, continúa señalando que “no hay ganancias positivas sin tiempo de trabajo excedente”. Pero entonces: “Sin embargo, la ganancia agregada puede cambiar cuando los precios relativos de las mercancías cambian incluso cuando el excedente de producto sigue siendo el mismo”. Analiza un modelo sraffiano de dos sectores para convertir valores en precios en la producción de hierro y maíz ajustados para reflejar el tiempo de trabajo.
La presentación del problema de la transformación ha sido cuestionada. Fred Moseley sostiene persuasivamente en su libro Money and Totality (2016) que no existe ningún problema de transformación en Marx. Según Moseley, Shaikh y otros (incluido este autor) cometieron un error. Hemos comenzado con la idea de que Marx comenzó con el valor-trabajo en el volumen I de El Capital y que este valor tiene que transformarse en precios para cumplir con el análisis del volumen III. Moseley postula que Marx comenzó su análisis con los insumos para la producción —tanto capital constante como variable— denominados en precios. Una lectura cuidadosa — Moseley detalla esto— muestra que los precios del volumen I son precios de producción. Marx no puede explicar esto en el volumen I porque tiene que pasar por el análisis de la producción de la plusvalía (en los volúmenes I y II) para llegar al análisis de los precios de producción en el volumen III. Sin embargo, el análisis utiliza los precios de producción en todo momento. La transformación que hace Marx en el volumen III muestra que la producción agregada medida por los precios de producción es igual al valor agregado en términos monetarios y que la ganancia total es igual a la plusvalía total, también en términos monetarios. Así, Moseley ha presentado un desafío fundamental al análisis de Shaikh del problema de la transformación en Marx.
Dentro de su análisis del problema de la transformación, Shaikh comienza su alejamiento de Marx, lo cual es desafortunado. Sraffa y Shaikh revelan solamente precios relativos, porque utilizan costos laborales unitarios. Pero la mercancía monetaria —el oro— no tiene precio. Marx deriva precios absolutos que, por supuesto, vemos en la realidad. Además, Marx analiza el capital variable y muestra que la plusvalía proviene del trabajo no remunerado de los trabajadores. Esto está oculto en el modo de análisis de Sraffa y, por tanto, de Shaikh.
Sobre la inflación y el desempleo
Shaikh desarrolla sus teorías sobre el dinero fiduciario (papel moneda y, hoy en día, moneda electrónica que no están respaldadas por oro o plata, sino solamente por la autoridad del Estado) y la inflación específicamente para abordar la cuestión de la estanflación: inflación creciente con desempleo creciente. Él considera que la estanflación ha de ser la naturaleza de las principales crisis capitalistas de 1969 a 1982. En parte, necesita reconocer la Gran Estanflación como una crisis capitalista para poder encajar con su teoría de los ciclos, que presenta hacia el final del libro. Desarrolla una teoría detallada del tirón de la demanda y del lado de la oferta.
El primer paso que da es abordar la curva de Phillips, que plantea una relación inversa entre desempleo e inflación. Shaikh demuestra que es inadecuada. Señala que la curva de Phillips original relacionaba los salarios y el desempleo; la versión que relaciona precios y desempleo evolucionó más tarde. Shaikh responde preguntas empíricas sobre la curva de Phillips: ¿es la tasa de cambio de los salarios reales, la tasa de cambio de los salarios nominales o la tasa de cambio de la participación salarial lo que influye en la tasa de desempleo? Encuentra que la mejor manera de explicar la tasa de desempleo es en función de la tasa de cambio de la participación salarial. Al resultado lo llama Curva Clásica. Implica una tasa de desempleo estable, pero diferente del pleno empleo. Relaciona este nivel de desempleo con el “ejército industrial de reserva” de Marx. Un desplazamiento o rotación de la curva clásica implica un cambio en la fuerza relativa del trabajo frente al capital. También incorpora el concepto de intensidad del desempleo —la tasa de desempleo multiplicada por un índice de la duración del desempleo— que ha aumentado dramáticamente durante más o menos la última década.
Su respuesta del lado de la oferta al escenario de atracción de la demanda es que la producción es una función del poder adquisitivo, la rentabilidad neta y la tasa de utilización del crecimiento. La tasa de utilización del crecimiento es la tasa de acumulación de ganancias. Su valor máximo es la tasa de ganancia. Compara la tasa de utilización del crecimiento con la tasa de utilización de la capacidad y la tasa de empleo. El crecimiento de la producción real es impulsado por las ganancias hasta la tasa máxima de crecimiento, después de lo cual un mayor crecimiento conduce a la inflación. El poder adquisitivo se ve impulsado por la deuda de los consumidores, los déficits públicos, las exportaciones netas y las influencias internas y externas sobre la tasa de interés. La inflación moderna es el equilibrio entre una atracción de la demanda generada por el nuevo poder adquisitivo y una respuesta de la oferta que depende de la rentabilidad y el grado de utilización del crecimiento y es una función de estas variables.
La tasa de utilización del crecimiento se relaciona directamente con la explicación de Marx sobre la acumulación a escala ampliada en el volumen II de El Capital (cap. 21). Lo que los capitalistas no consumen personalmente debe estar disponible tanto para una expansión del consumo productivo (capital circulante: fuerza de trabajo e insumos para la producción) como para la acumulación de capital fijo.
Para desarrollar una parte de su teoría basada en la demanda, Shaikh recurre a una forma de keynesianismo. Marx utiliza un ejemplo de dos sectores, pero no es simplemente un “modelo” de dos sectores. Es una reflexión y análisis del mundo real. Los sectores de Marx son el Departamento I, producción de los medios de producción, y el Departamento II, producción de los medios de subsistencia. Shaikh, siguiendo a Sraffa, ha reducido esto a un modelo de producción de maíz y hierro, que está lejos de ser lo mismo. Además, Marx amplía su análisis del Departamento II con los sectores A y B, consumo de artículos de primera necesidad y consumo de bienes de lujo, respectivamente. Esto permite un análisis completo del consumo personal capitalista y, por extensión, de la acumulación capitalista. Esencialmente, lo que el capitalista no consume está disponible para la acumulación. El desarrollo de Shaikh es paralelo al de Marx sin utilizar el análisis marxiano. Shaikh lo consolida todo en un modelo macroeconómico de consumo, ahorro, inversión, gasto público e importaciones netas, al estilo Keynes. En el análisis se pierde la distinción de Marx entre consumo productivo y consumo individual. Además de ocultar las diferencias entre el consumo de los capitalistas y los trabajadores y las diferencias de clase en el ahorro, esto oscurece aún más la distinción entre los trabajadores como trabajadores y los trabajadores como consumidores u “hogares”. En resumen, el análisis no señala al enemigo de clase; la clase capitalista está simplemente oculta.
Shaikh tiene una larga historia de identificación con Marx y como marxista. En este libro, Shaikh evita sus credenciales marxistas y adopta la apariencia de un economista clásico en la tradición de Smith, Ricardo y —según él— Marx. Tengo dos problemas con esto. Primero, Marx fue la culminación de la economía política clásica. El marxismo no es solamentre una teoría de la economía. Es una descripción de la realidad basada en una comprensión materialista dialéctica e histórica del mundo. La pregunta es si Shaikh ha ampliado o no esta comprensión del mundo real. La respuesta es “en parte”. Shaikh nunca menciona el capital constante y variable. ¿No es éste un principio central de la economía política clásica? ¿No ha corregido y profundizado Marx el análisis de los economistas políticos clásicos anteriores? ¿Dónde no ha descrito Marx el mundo real y dónde sigue siendo válido su análisis de hace 150 años? Estas cuestiones, en su mayoría, no se abordan. Shaikh menciona, pero nunca adopta explícitamente, una teoría del valor-trabajo, como hicieron todos los clásicos. Aunque su microanálisis en particular trata de los valores laborales, la teoría del valor-trabajo, como en Sraffa y Keynes, no es fundamental para el análisis. Parece una ocurrencia tardía: nunca la abraza ni la amplifica.
Para ser justos, la crítica de abandonar a Marx no se aplica al dinero fiduciario. Shaikh muestra que el análisis de Marx sobre el dinero es válido solamente hasta la década de 1930, cuando el oro dejó de ser dinero mundial. Analiza el dinero fiduciario utilizando el precio vigente del oro para “normalizar” los precios. Considero que este es un aporte importante.
Mi segunda preocupación es que los clásicos se referían a sí mismos como economistas políticos. Shaikh menciona preocupaciones como la lucha económica de la clase trabajadora, el subempleo, la pobreza y similares, pero desarrolla solamente los aspectos económicos de la tradición clásica. Yo diría que estos son inseparables de las realidades políticas de cada época, ya sea en la época de Marx o en el presente.
Esta obra tiene muchas fortalezas. Las principales incluyen la Teoría de la Competencia Real, el análisis detallado de Shaikh y su ajuste de los relatos de las cuentas CNIP para respaldar el análisis clásico (en contraposición al neoclásico), la persuasiva alternativa a la teoría ricardiana de la ventaja comparativa y el sólido trabajo empírico. Su análisis del problema de la transformación es interesante y, predigo, conducirá a debates y desacuerdos continuos. También encontré interesante su discusión de prácticamente todas las escuelas de pensamiento en competencia sobre los temas que aborda. Aprendí mucho leyendo estas variadas presentaciones.
Hay debilidades. Además de las mencionadas, realmente tengo un problema con la metodología y —lo que es parte del mismo problema— con el abandono e incluso la negación de Marx. Metodológicamente, Shaikh evita un enfoque materialista histórico de la economía política que ha demostrado ser tan eficaz para construir una presentación coherente del capitalismo. Parte integrante de esto es el enfoque de Shaikh sobre la “construcción de modelos”. Mi comprensión de Marx (y, de hecho, esto se aplica a Smith y Ricardo) es que El Capital no es un “modelo”; es una descripción de cómo funciona realmente el capitalismo. Shaikh construye modelos, y sus modelos parecen intentar conciliar el análisis neoclásico con el análisis clásico, comenzando con las curvas de demanda y las curvas de costos. Además, permite que las ecuaciones sean explicaciones, en lugar de presentar claramente explicaciones y mejorarlas con las matemáticas.
Esto me lleva a un último punto. El libro es opaco más allá de los detalles técnicos obvios. La escritura es bastante difícil de seguir y es muy repetitiva. Además, hay muchos errores tipográficos. Shaikh está compilando erratas, pero los errores, tanto dentro del texto como —lo que es más problemático— dentro de las ecuaciones, hacen que seguir el análisis sea aún más difícil.
A pesar de estos defectos, la obra de Shaikh es una contribución importante. Si bien solamente he podido abordar algunos de los muchos puntos que plantea y algunos aspectos de su teoría integrada del capitalismo, estoy seguro de que su libro seguirá siendo un punto focal de estudio del capitalismo en los años venideros. También ha publicado una serie de conferencias basadas en el libro, que están en línea y serán la base de estudio para muchos. Espero con interés que continúe el debate sobre todos los aspectos del trabajo de Shaikh y sus implicaciones.