Leemos porque sí
Es así de Paloma Valdivia
Hablar sobre el paso de la vida a la muerte nunca es fácil. Y son pocos los libros pensados para la infancia que deciden abordar este tema. En Es Así la mirada nos entrega una colorida visión de este ciclo natural, que con muy pocas y sencillas palabras, acierta en darle una lectura de cotidianeidad a lo inevitable. Paloma Valdivia es una de las ilustradoras más reconocidas y premiadas de la escena nacional, quien además es editora y cofundadora de la editorial Liebre, dedicada a literatura infantil.
Por: Astrid Donoso H.
Nacer, morir, cruzarnos en ese viaje interminable que es la vida. No parecen tópicos complejos a tratar con niñas y niños. O al menos sabemos que abordar estos temas con ellos siempre entraña una dificultad para madres, padres, mediadores, docentes y cercanos. ¿Cómo hablar del final, de la nada, del silencio total que nos acontece a todos? Seamos creyentes o no, la muerte es ausencia, algo que no conocemos, y del cual nos intentamos alejar constantemente a diario. Esquivamos caídas, autos, enfermedades y cualquier situación que nos parezca peligrosa. Nuestro instinto natural es la supervivencia y hablar sobre ese vacío no es tarea fácil. Ni siquiera para teólogos o filósofos.
Es así de Paloma Valdivia, ilustradora y autora chilena, recoge un tema muchas veces llamado tabú dentro de los libros infantiles, en un colorido álbum. Y ese es el gran punto que diferencia su libro de otros que abordan la muerte. Estos suelen ser más poéticos, otras veces directos, o duros, como lo es El pato y la muerte (2010) de Wolf Erlbruch, El libro triste (2005) de Quentin Blake o Cuando la muerte vino a nuestra casa (2013), de Jürg Schubiger. Porque el libro de Paloma habla también de la muerte pero desde la celebración de la vida, y de ahí que los colores fuertes, que la intensidad del rojo o el amarillo sean tan llamativos, intensamente, casi en tecnicolor.
Esta celebración de la vida es de hecho una invitación. A disfrutar, a compartir, a degustar el paso por este mundo antes de partir, porque primero no contamos con certezas para las despedidas, y porque el recuerdo que dejamos también es el alimento para otros que nos recuerden.
No deja de tener poesía el ver en las ilustraciones y el texto de la autora, la naturalidad con que algunos que parten y se cruzan con otros que están por nacer. Es el ciclo de la naturaleza a la cual pertenecemos, y la vida misma es misteriosa con sus estaciones, la apariencia del sinsentido hermoso que significa encontrarnos en esta Tierra con otras y otros, con el paisaje que nos rodea, y crear vínculos fuertes, para que aún mediando la muerte, estos perduren potentes en la memoria. «Los que estamos / lloramos a los que parten. / Es bonito recordar.»
Desde las guardas Paloma Valdivia comienza a narrar. Hay un pequeño relato ahí que retoma el ciclo de la vida, mientras en las ilustraciones del interior vemos a otros que cruzan el cielo turquesa, como algunos personajes de las pinturas Marc Chagall. En otros, nos encontramos con el mar y una embarcación, quizás un guiño a la figura de Caronte, que en la mitología griega era el barquero encargado de guiar a los muertos hacia el otro lado del río, y que en vez de las sombras a las que solemos ver en representaciones de ese tránsito, acá son pasajeros sonrientes, humanos y animales, que entienden de alguna forma el sentido de este viaje de partida. Todo este colorido son elementos habituales en la paleta que ocupa la autora en sus libros. Basta recordar La Jardinera (FCE, 2018) con textos de Violeta Parra, o Duerme negrito (FCE, 2008) que rescata una canción de cuna o nana muy conocida en Latinoamérica.
Las palabras que ocupan el álbum son sencillas, casi mantras que cruzan las coloridas y ya reconocibles ilustraciones de esta creadora nacional. Esa decisión no es casual, y juega un rol central en el relato que a veces se lee como un poema. Porque lo que leemos no es una historia, no es un relato de principio a fin, sino la rueda misma de la vida, donde desde el primer momento nos enfrentamos a la muerte y a la pérdida. En ese sentido, es como ese una cancioncita infantil que se repite en voz baja, como un susurro, y que como aliento vital nos atraviesa a todos. Y sí, es un texto para ser leído en voz alta, porque incluso si lo leemos en silencio, tiene un ritmo que anima a la palabra, a nombrar y a decir. Y si bien es un libro que puede leerse sin problemas por una niña o niño, por la sencillez de su lenguaje y el tono, es un libro ideal para ser compartido y mediado, un álbum fluido que suma muchísimo en la posibilidad de conversación con las y los pequeños. Porque la muerte no es ajena a ellos, está ahí, es parte de la vida y siempre sabemos bien que escuchan, ven y piensan mucho más de lo que nosotros como adultos creemos, como si hubiésemos olvidado que en nuestra infancia, nuestros sentidos y comprensión del mundo era mucho más intensa y aguda.
Es así de Paloma Valdivia, se encuentra disponible aquí.
ISBN: 9786071602565
N° Edición: 1
N° páginas: 36
Año: 2021
Tamaño en cms.: 19 x 23
Tipo de edición: Empastado
Editorial: Fondo de Cultura Económica